Alexandre de Riquer i Ynglada, fue una de las figuras más importantes del modernismo catalán. Pertenece a una familia aristocrática, recibe una formación exquisita en Roma, París y Londres, en esta última ciudad descubre a los prerrafaelistas y a la pintura japonesa que ejercerán una gran influencia en su obra.
Riquer destacó especialmente como diseñador gráfico, con gran dominio del dibujo. Su gran producción artística influyó en la estética modernista, siendo el autor de algunas de las imágenes gráficas más representativas del modernismo catalán. Hizo carteles, aguafuertes, ilustraciones en libros y revistas, diplomas, postales, sellos, recordatorios, menús, partituras, tarjetas comerciales y ex-libris.
En esta época el cartel ve crecer su importancia como elemento de promoción comercial, cualquier tipo de producto – alimentos, bebidas, medicamentos, muebles, espectáculos, vehículos, etc. – es anunciado por este procedimiento.
Los mejores carteles de Riquer se caracterizan por la decoración simbólica, por la técnica japonesa del formato muy alargado y por la disposición de los colores en manchas sin relieve, separadas por líneas espesas, de tonalidad cromática apagada, muy armónica. Aparece, como elemento central, la figura femenina acompañada habitualmente de formas curvas, junto a representaciones de elementos naturales, básicamente vegetales. Los motivos que aparecen en los carteles transmiten una imagen de vitalidad que exalta la juventud, la vida, la representación de lo positivo: el sol naciente, la alegría.